Sthepane Hessel es un diplomático y escritor militante francés, en su artículo llamado “Indígnate” nos da a conocer su punto de vista de las diferentes ideologías y movimientos políticos que surgieron en Europa durante las guerras de 1918 a 1939.
Hessel, cita el valor de la resistencia, haciendo uso de esta palabra como una medida que la sociedad carece, y por la cual hoy tenemos más necesidad que nunca. Con la resistencia, podemos tener en nuestra sociedad una seguridad social garantizada, permitiendo así que las personas mayores puedan disfrutar de los últimos días con tranquilidad.
Según Hessel, en nuestra sociedad el interés general debe primar antes que el interés particular. Resistir propone que las riquezas sean repartidas justamente, subordinar los intereses particulares al intereses general. Resistir es una opción para tener una sociedad justa para todos, en un modo de vida que permitiría tener una sociedad “ideal” para todos, y no tanto ideal, sino más bien con oportunidades, sin discriminación, con posibilidades efectiva para todos.
El impulso o mejor dicho el motor de la resistencia es la indignación, su motor es el enfado que produce por el mal manejo que se le da a la sociedad, porque los sueños se ven troncados. Hessel enfatiza como quien está indignado puede ser resistente. Por esto es mejor que los intelectuales del mundo moderno, no se hagan ajenos a la realidad que se está viviendo, la cual está amenazando a la sociedad, amenaza a la paz, amenaza a la educación.
Es preciso, que cada cual tenga un motivo de indignación, porque Hessel nos ejemplifica que el mismo cuando fue indignado por el nazismo se hizo militante, fuerte y comprometido. Por algo debemos ser primero indignados y luego resistentes, y es por la Declaración de los Derechos Universales que se firmaron en 1948, por algo fueron escritos y es que son universales, y debemos de respetar las leyes primero de Dios, luego la que han impuesto los hombres como medida para vivir en una sociedad justa y equitativa para todos.
Hacer caso omiso a todo esto es ser indiferente. Desde mi punto de vista, sería como matar a un bebe, porque ser indiferente en una sociedad que se desmorona a juicio de unos pocos.
Hessel expone como las razones para indignar en el mundo de hoy pueden ser menos claras o el mundo es más complejo que años atrás. No es fácil distinguir a raíz de quien suceden las cosas o por quien está controladas las cosas que suceden. Pero debemos dejar de ser indiferentes, ser indiferentes es perder la sensibilidad humana, sensibilidad que debe ser característica de cada ser humano, por el simple hecho de serlo.
Yo como ente de una sociedad debo simplemente mirar a mí alrededor y será tan sencillo encontrar los temas (situaciones) que justifiquen mi indignación, en mi país, Republica Dominicana, a diario se ven las situaciones que son realmente deprimentes. Estas situaciones ameritan una acción ciudadana fuerte, algo que en verdad resista, que puedo cambiar, o mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad.
En las últimas páginas de resumen de ¡Indignaos!, publicación hecha por Hessel en navidad del 2010, el autor expone su indignación de Palestina. La situación que se vive en la Franja de Gaza, y la perturbación que crea en la situación que se mantiene.
“La no violencia, el camino que debemos aprender a seguir”, es simplemente una frase que abarca más que eso, es un modo de vida, que las sociedades actuales desconocen, por el cual debemos trabajar. Es mejor dejar de central nuestra atención en la acumulación de tanto odio y comprender que la no violencia da la vuelta a la esperanza.
Rosmeling Frances Decena
2009-1473
grupo H
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